5.5. Cómo estimular la creatividad y el estilo personal
5.5.3. Estilo personal
No hay ninguna receta infalible para conseguir un buen estilo a la hora de escribir. Sin embargo, este concepto tan difícil de definir es muy importante para asegurar el éxito del trabajo.
En esta sección, comentaremos algunos requisitos de estilo básicos para cualquier tipo de trabajo y que habrá que tener en cuenta a la hora de elaborar la redacción definitiva de nuestro escrito.
El objetivo principal de cualquier texto es que el lector lo pueda entender, y por eso tiene que reunir las cualidades siguientes:
- claridad,
- precisión,
- concisión,
- agilidad.
Claridad
Un texto que se tenga que leer varias veces para poder entenderlo es oscuro, confuso o ambiguo.
Precisión
Una de las operaciones más difíciles de la escritura es elegir en cada momento la palabra precisa, es decir, aquella que refleje al máximo la realidad que queremos expresar. Este aspecto es uno de los que definen el estilo personal.
Concisión
Cuanto más breve es la exposición de un pensamiento, más clara es la comunicación del mismo. Debemos intentar usar el mínimo de palabras posibles y omitir todo aquello que sea irrelevante en relación con los resultados y las conclusiones de nuestro estudio. No nos tenemos que decepcionar si nuestro trabajo no resulta ser tan largo como pensábamos de entrada, porque a menudo la calidad de un trabajo es inversamente proporcional a la extensión que tiene.
Agilidad
Un trabajo tiene que ser ágil y dinámico con vistas a su lectura. Los textos escritos con un estilo monótono y con un tono repetitivo o poco variado son aburridos y difíciles de digerir. La monotonía de un trabajo puede causar que la lectora o el lector pierda el interés por lo que decimos.
Una de las técnicas para huir de la monotonía es combinar el orden de los elementos de las frases y cambiar la extensión de los párrafos y las oraciones.
A pesar de que el orden neutro de la frase es sujeto-verbo-complementos, se debe evitar la repetición constante de esta misma estructura interna. Si se tiene un cierto dominio de la lengua, es aconsejable desplazar de su lugar habitual los elementos de la frase, utilizar de vez en cuando construcciones pasivas, servirse de conectores diversos, etc.