2. Tratar y elaborar la información: y después de las búsquedas, ¿qué?

2.4. Análisis de la información

Con las referencias ya organizadas (referenciadas y clasificadas), hay que empezar una segunda lectura, ya en profundidad, de las fuentes. Este análisis tiene que permitir:

  • Confirmar que las fuentes seleccionadas son adecuadas para lo que necesitamos.
  • Conocer con detalle el contenido de estas fuentes.
  • Aumentar el conocimiento del tema o aspecto que hay que estudiar.
  • Determinar la utilidad concreta de las fuentes en el proyecto, ya sea como introducción general, como idea de apoyo (o de contraste) a la tesis del proyecto, como información específica de algunos de los apartados, etc.

A menudo, este análisis de las fuentes nos llevará a localizar otras fuentes que incorporaremos, a descartar alguna fuente previamente seleccionada o, incluso, a realizar nuevas búsquedas.

Cuando ya hayamos determinado la utilidad de la fuente, resulta conveniente anotarlo. La mejor manera de hacerlo es utilizando las fichas de trabajo.

Las fichas de trabajo son anotaciones que permiten trabajar con las fuentes de manera más ágil y eficiente, y también recuperar las referencias adecuadas cuando las precisemos para redactar el proyecto, para hacer una citación o simplemente para revisar el contenido de algún apartado. También son útiles para ver qué ideas que hemos analizado de las fuentes se relacionan con las otras y cuáles quedan desconectadas.

Estas anotaciones pueden tener varias formas. A continuación, indicamos algunos de los aspectos que pueden incluir y que utilizaremos para clasificar las fuentes de información:

  • Temas y subtemas que tratan.
  • Apartados especialmente relevantes que contienen.
  • Utilidad que tienen para el proyecto.
  • Otras ideas que se nos ocurran al hacer la primera lectura.

Tradicionalmente, las fichas de trabajo, como las bibliográficas, eran manuscritas o mecanografiadas y comportaban un proceso muy pesado. Los gestores bibliográficos incorporan opciones para redactar fichas de trabajo que permiten anotar los aspectos de la fuente bibliográfica que nos serán útiles para nuestro proyecto.

Del mismo modo, los marcadores sociales posibilitan que se puedan incluir, para cada referencia, categorías, etiquetas o comentarios que podremos utilizar como ficha de trabajo.